Se trata de un afloramiento en Cornago, en el Barranco de Valdenocerillo. Se trata de 9 icnitas pertenecientes a un terópodo de talla media-grande. Las icnitas se encuentran un tanto erosionadas y tienen una longitud de 35 cm.
Como curiosidad, los científicos han calculado que la velocidad a la que caminaba el animal era de 6,7 km/h, una velocidad muy pausada para este tipo de animales. También han calculado que el recorrido lo hizo el animal en 7 segundos. Unos segundos de hace 130 millones de años que han llegado a nuestros días y que nos develan estas huellas que un terópodo dejo, seguramente mientras se alimentaba en los lagos que, entonces, ocupaban esta zona de La Rioja.
Las huellas se encuentran en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.