Miembros del Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (CAS) han certificado la existencia de lo que parece ser uno de los yacimientos de huesos de dinosaurios con mayor potencial de los localizados en la sierra de La Demanda en los últimos años. De momento, las primeras impresiones invitan a pensar en la posibilidad de realizar una excavación en profundidad en busca de numerosos restos que pudieran estar sepultados.
Como en tantas otras ocasiones, el hallazgo se produjo por casualidad. Fue Donato Blanco García, vecino de Hortigüela, quien encontró lo que parecían ser fósiles de huesos mientras realizaba labores agrícolas en una finca de su propiedad situada junto a la localidad burgalesa. Consciente de la presencia de numerosos restos de dinosaurios en la comarca, el hombre se puso en contacto con los responsables del Museo de los Dinosaurios de Salas, que se hicieron cargo de los primeros restos hallados.
A raíz de aquel primer contacto, miembros del CAS se trasladaron posteriormente hasta la finca y allí comprobaron la existencia de alrededor de 200 fósiles. La mayoría de ellos, ubicados en estratos casi superficiales, han aparecido prácticamente completos y sin señales de haber sido transportados. De ahí que los investigadores se planteen la posibilidad de que la mayoría de los dinosaurios murieran en aquel lugar o, en todo caso, muy cerca de él. Esa hipótesis implicaría, a mayores, que en estratos más bajos aún permanecen enterrados una gran cantidad de fósiles.
Según explican los responsables del CAS en un comunicado, la edad del yacimiento se sitúa en torno a los 125 millones de años, lo que coincide con el Cretácico inicial. Los restos recogidos hasta ahora corresponden a piezas de varias zonas anatómicas de diferentes ejemplares (cráneo, vértebras de la cola y la cadera, costillas y extremidades). Una identificación previa permite citar la presencia de hasta 5 tipos diferentes de dinosaurios: fitófagos (o herbívoros) como iguanodóntidos; pequeños euornitópodos, grandes saurópodos y tireóforos (dinosaurios acorazados, con espinas y placas óseas). También hay evidencias de terópodos (dinosaurios carnívoros).
Según subrayan desde el CAS, esta variedad en un solo enclave "refleja la biodiversidad encontrada a lo largo y ancho de toda la comarca, lo cual es indicio claro del potencial científico del yacimiento descubierto".
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