Es la conclusión de Stephen Brusatte, miembro de Vertebrate Paleontology en la Universidad de Edimburgo, que ha publicado una pieza Perspective en la revista Science que describe el estado de la investigación actual sobre el desarrollo del vuelo en los dinosaurios. A su juicio, contrariamente a las suposiciones comunes, parece que el camino hacia el vuelo para los dinosaurios fue cualquier cosa menos una línea recta.
Como señala Brusatte, cuando la mayoría de la gente piensa en la evolución de una característica o habilidad particular, tienden a pensar en una línea recta: una especie desarrolla una característica que le permite hacer algo mejor. Sus descendientes también expresan esa característica, y luego se agrega otra característica hasta que algo como alas para el vuelo se desarrollan.
Pero como también señala, investigaciones recientes sugieren que no es así como el vuelo en los dinosaurios surgió - en lugar de eso parece que el vuelo se desarrolló en una serie de ajustes y comienza, con múltiples características evolucionando que parecen relacionadas con el vuelo con algunas que realmente no conducen al vuelo.
Comienza observando que las excavaciones recientes han arrojado fósiles con tejidos blandos y plumas, sin embargo, argumenta que el análisis anatómico sugiere que tal desarrollo probablemente no tiene nada que ver con el vuelo, sino que representa un proceso evolutivo hacia el desarrollo del aislamiento para proporcionar calor o para ayudar con el camuflaje. Brusatte también señala que algunos fósiles que se han encontrado con alas -como estructuras que no fueron pensadas para volar- parecen haber sido utilizadas como forma de ornamentación.
Para entender verdaderamente la evolución del vuelo en los dinosaurios, se requerirá la fusión de modelos matemáticos utilizados para medir la probabilidad de vuelo en una especie fósil dada y estudios biomecánicos (basados en ingeniería) que toman más en cuenta que las plumas. Se han encontrado fósiles, por ejemplo, que parecen más parecidos a los murciélagos que a los pájaros, con membranas para las alas. El descubrimiento, sugiere, será el desarrollo de modelos anatómicos de dinosaurios que representan verdaderamente la historia evolutiva de las aves tempranas, es decir, criaturas capaces de volar con energía.
Concluye sugiriendo que a medida que la investigación continúa, parece probable que parte de la evidencia actual atribuida a la evolución del vuelo será desechada incluso a medida que se añada nueva evidencia del verdadero desarrollo, lo que finalmente nos dará una imagen real de lo que ocurrió.