Igea se hizo famosa por la aparición de su árbol fósil, pieza muy conocida y uno de los primeros hallazgos que se popularizaron en La Rioja.

A 4 km de Igea, frente a la ermita de la Virgen del Villar, se descubrió un tronco de conífera fósil de 10 metros de longitud que constituye una de las joyas de la riqueza paleontológica riojana. Se calcula que tiene unos 120 millones de años y pertenece a una conífera (pinos, abetos, etc). En esa época, la zona de Cameros estaba plagada de lagos, marismas y deltas en los que abundaba la vegetación. Un gran número de dinosaurios poblaban este territorio que tenían una gran cantidad de vegetales para su alimentación.

En esta localidad se puede visitar una muestra donde a través de diversos espacios temáticos, de forma pedagógica y visual trasportarán al visitante a lo largo de un apasionante viaje en el tiempo, hasta los remotos orígenes geológicos de La Rioja.