«No hay ningún museo en el mundo que pueda exhibir al mismo tiempo dos fósiles de esta importancia», anotó el director científico del Museo de la Evolución Humana, Juan Luis Arsuaga, en referencia al Cráneo 5, conocido como 'Miguelón', que está en la exposición permanente del centro museístico burgalés, y al Cráneo 4, que se encuentra ya en la Sala Pieza Única del MEH. «Ahora traemos a su compañero», señaló el científico en la presentación de la muestra temporal que se podrá visitar hasta el próximo mes de noviembre.

«Es un día importante y emotivo para nosotros», dijo Arsuaga, por lo que en la inauguración de la exposición que lleva por nombre 'Cráneo 4', pero donde se pueden ver réplicas de distintas piezas de cronología similar de yacimientos de otras partes del mundo, una reconstrucción del Cráneo 5 realizada por Fabio Flogiazza, y un audiovisual del proceso de excavación del cráneo, estuvieron «miembros veteranos, pero aún activos, del equipo que consiguió este hallazgo tan importante».

Era julio de 1992 cuando se descubrió este cráneo de la especie Homo heidelbergensis en la Sima de los Huesos de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca (Burgos), junto con los cráneos 5 y 6, y tiene una antigüedad de 430.000 años. En realidad, es un neurocráneo o calvaria, es decir, que le falta la cara. Posee un gran volumen encefálico para sus años y es ancho y de bóveda baja. Además, presenta un reborde óseo sobre las órbitas o torus supraorbitario que recuerda a los neandertales, posteriores en el tiempo.

El encéfalo del Craneo 4, con un volumen de 1.360 centímetros cúbicos, es uno de los mayores de la colección de La Sima de los Huesos. Por el contrario, 'Miguelón', con un volumen de 1.090 cc, es uno de los menores. Esto provoca ligeras desigualdades en la morfología general. No obstante, los dos presentan el mismo patrón morfológico primitivo, que comparten con otras especies humanas fósiles.

En cualquier caso, el torus supraorbitario y el hueso occipital indican que la población de La Sima de los Huesos está relacionada con los neandertales, de los que serían antepasados más o menos directos. Algunos fósiles europeos de la misma época, o algo posteriores, presentan una morfología similar con mezcla de rasgos neandertales y arcaicos. Otros, sin embargo, son diferentes, sin esa vinculación tan clara, como Arago o Ceprano. El fósil africano Kabwe podría unirse a estos dos cráneos europeos. En este sentido, algunos autores son partidarios de agrupar Arago, Ceprano y Kabwe, junto con otros fósiles europeos, africanos y asiáticos, en la especie Homo heidelbergensis. Otra posibilidad es juntar a Arago y Ceprano dentro de la especie Homo tautavelensis y dejar fuera a Kabwe, que mantendría su nombre original de Homo rhodesiensis.

Lo cierto es que 1992 fue un año clave para Atapuerca, cuando se convirtió en uno de los yacimientos señeros en Paleoantropología, tras el hallazgo de dos grandes cráneos. Fue el origen de la portada en la revista Nature en 1993 y más adelante, recordó Arsuaga, fue elegido uno de los artículos más importantes. «Fueron años de una gran emoción», subrayó el codirector de los yacimientos burgaleses.

Además de la exhibición del Cráneo 4, en la exposición se pueden contemplar dos moldes: uno del Cráneo 5 y otro de un Homo sapiens para que el visitante pueda comparar las distintas morfologías y tamaños. Además, se exhibe una reconstrucción del Cráneo 5, realizada por el paleo-artista Fabio Fogliazza, que ya realizó la reconstrucción del 'Neanderthal Emplumado' que se puede ver actualmente en el MEH. También podrá contemplar un audiovisual de Javier Trueba, con imágenes reales del proceso de excavación del Cráneo 4, su presentación al resto del equipo de excavación y a los medios. Asimismo, por primera vez en un montaje expositivo, se exhibe la secuencia del genoma mitocondrial del material genético humano más antiguo jamás recuperado de un fósil.

De este modo, «Atapuerca vuelve a mostrar su enorme potencial investigador, científico y divulgativo», explicó el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, en la inauguración de la muestra. Es, por tanto, «una de las mayores empresas colectivas de los ciudadanos e instituciones de Burgos y Castilla y León». Y, por ello, desde el Gobierno regional, apuntó el jefe del Ejecutivo, «creemos que es necesario seguir dando pasos y avanzando hacia una situación donde, en el marco de una nueva normativa, el MEH pueda gestionar unos abundantes fondos propios». Y es que, afirmó el presidente, «el Sistema Atapuerca es una auténtica industria cultural», porque «es un museo del hombre, pero también de la gente».