150.000 razones para un museo de dinosaurios en Castilla y León

«Se puede estimar que estos 150.000 visitantes han generado una repercusión de varios millones de euros en Salas de los Infantes y su comarca del sureste burgalés»

Recientemente el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) ha recibido al visitante 150.000. Objetivamente resulta una cifra importante para un museo que es humilde en sus instalaciones y recursos expositivos, pero que contiene fondos patrimoniales de incuestionable trascendencia. En este sentido destaca el dinosaurio Demandasaurus darwini, único en el mundo y cuyas características lo convierten en uno de los más singulares de todo el hemisferio Norte, así como otras especies nuevas para la Ciencia de animales de la Era Mesozoica. En conjunto las colecciones de este museo mantienen desde su inauguración una relevancia internacional notable, como demuestran las publicaciones científicas que se han generado a partir de ella en revistas y congresos especializados internacionales.

Es también una cifra digna de ser valorada porque se trata de un museo enclavado en una zona rural y periférica, que cuenta con un presupuesto de pura supervivencia y que no es objeto de campañas de promoción. Es evidente que su "tirón" se basa en la fascinación que sentimos por los dinosaurios, tanto por parte de pequeños como mayores. Los hallazgos sobre dinosaurios generan curiosidad y estimulan nuestra imaginación sobre un remoto pasado de la Tierra.

La población de Salas de los Infantes supera apenas los 2.000 habitantes. Esta pequeña ciudad ha recibido visitantes al Museo que suponen multiplicar el número de su población desde su apertura, a finales de 2001, 75 veces. Aplique el lector esa proporción, esos cocientes, en nuestras capitales castellanoleonesas que gozan de grandes instalaciones museísticas. Ese dato puede dar cuenta del éxito del museo salense, que además concita en torno a él actividades científicas singulares como el único congreso sobre dinosaurios que se celebra en España de forma periódica, excavaciones en yacimientos de huesos, plantas y huellas fosilizadas, actos de divulgación de la Ciencia o más recientemente un evento deportivo multitudinario denominado Marcha Demandasaurus.

Se puede estimar que estos 150.000 visitantes, usando estándares sobre impacto económico del turismo, han generado una repercusión de varios millones de euros en Salas de los Infantes y su comarca del sureste burgalés. Además, el Museo de dinosaurios es un activo y un atractivo turístico que provoca la llegada de visitantes a lo largo de todo el año de familias, grupos escolares y profesionales, universitarios e instituciones del resto del país y de todos los continentes. En suma, el Museo salense es un recurso turístico generador de riqueza, un centro de producción científica y didáctica y un productor de cultura que contribuye sin lugar a dudas a fijar población en el territorio rural y a fomentar puestos de trabajo especializados, directos e indirectos.

Todo esto es posible con el apoyo directo del Ayuntamiento salense y de la Fundación Dinosaurios de Castilla y León que cuenta entres sus patronos a la Diputación de Burgos y al Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas (CAS), principal valedor de la investigación del patrimonio paleontológico comarcal. Instituciones como las Fundaciones Caja de Burgos y Caja Círculo y diversas empresas especialmente de los ámbitos local y provincial aportan recursos para mantener la programación del Museo y la Fundación Dinosaurios. Pero, objetivamente, esas aportaciones son insuficientes para una gestión patrimonial que aumenta sus demandas con el paso del tiempo. La riqueza de fósiles del Museo y el elevado número de yacimientos en la comarca precisa de un apoyo económico mayor que cubra necesidades en divulgación, investigación y conservación que aumentan año tras año. Si con bajos presupuestos los resultados son satisfactorios, es de esperar que mayores inversiones multiplicarían las cifras de visitas y el impacto económico actuales. Y especialmente con la inversión de la administración competente en patrimonio cultural, la Junta de Castilla y León.

Sin embargo, el Museo burgalés adolece desde hace años de problemas graves de espacio. El diseño inicial del Museo cumplió sus funciones y objetivos, pero años después se vuelve necesario el disponer de instalaciones para la preparación de fósiles, almacenamiento de restos fósiles recogidos en campañas de excavaciones, exposiciones temporales, talleres didácticos, etc. En resumen es necesario poner en pie un nuevo museo que suponga un proyecto de futuro. Ejemplos hay en España y en Europa de Centros Paleontológicos con dotaciones y recursos suficientes que atraen a centenares de miles de visitantes anualmente. En este sentido la Junta de Castilla y León asumió ya en 2004 la construcción de un nuevo museo en Salas de los Infantes; desde esa fecha poco o nada se ha avanzado en el proyecto, mientras en otros puntos de la Comunidad autónoma se han hecho inversiones importantes en la puesta en valor de diferentes ejemplos del patrimonio regional.
En estas circunstancias estamos perdiendo un tiempo precioso para mejorar la afluencia de turistas y, con ello, una reversión positiva en la actividad económica de los municipios del entorno de Salas de los Infantes que serían atraídos por un gran Museo de Dinosaurios. Es fácil de entender que se podrían aprovechar las sinergias de los lugares de interés próximos (Santo Domingo de Silos, Covarrubias, el Museo de la Evolución Humana, los yacimientos de Atapuerca, etc.). Todo eso se habría traducido en la llegada de elevadas cantidades anuales de euros que favorecerían el asentamiento y desarrollo de emprendedores en los sectores de industrias auxiliares y de servicios. Y esto es especialmente importante para una zona rural deprimida que lucha por mantener este territorio vivo y activo en medio de valiosos recursos naturales infrautilizados.

Son ya 150.000 visitantes, tantos como razones que nos animan a seguir adelante con un proyecto cultural, científico y social de calado para este territorio de la provincia de Burgos, y que puede convertirse, con visión de futuro y con la responsabilidad de nuestras instituciones, en otra marca de calidad para Castilla y León.


Artículo de opinión de D. Fidel Torcida Fernández-Baldor, director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, en Burgos
Publicado en El Norte de Castilla


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