Yacimiento de Costalomo

Burgos
Salas de los Infantes

Hace 130 millones de años, en la actual comarca de Salas de los Infantes, se desarrollaba un amplio valle con un río que se desbordaba frecuentemente, y bajo un clima subtropical. Helechos gigantes, como Tempskya, bordearían los canales de agua a modo de bosque de ribera. Hacia el interior, en las llanuras húmedas y en áreas con pequeñas lagunas se desarrollaban tupidas praderas de helechos acuáticos como Onychiopsis y Regnellites. En zonas más internas y secas crecerían grandes coníferas y plantas con aspecto de palmeras enanas: las benetitales.

Este paisaje exótico estaba poblado por una gran diversidad de dinosaurios: herbívoros grandes y pequeños corredores, individuos acorazados como los estegosáuridos, temibles carnívoros como Baryonyx o los enormes saurópodos; con ellos convivían cocodrilos, el pez Lepidotes, tortugas, pterosaurios y lagartos. Ahora se conservan en forma de fósiles, junto con otros restos de su actividad como huevos y huellas, en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, una de las colecciones más importantes de España.

Este Museo exhibe ejemplares fósiles únicos en el mundo: el dinosaurio Demandasaurus darwini, un gigante de 12 metros de longitud, emparentado con otros de África y América del Sur; Arcanosaurus ibericus, un lagarto pariente del actual “Dragón de Komodo”, o la tortuga Larachelus morla.  Estos fósiles, así como la diversidad de especies representada en el Museo, nos indican la especial relevancia de la colección del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes.

El Museo se complementa con una Sala de Arqueología con piezas de todas las épocas prehistóricas e históricas que se han documentado en la comarca serrana y que nos permiten conocer los diferentes grupos humanos y culturas que dejaron su impronta en estas tierras.

En el yacimiento, podemos contemplar las icnitas que sobresalen de la superficie de la roca. Podemos contemplar hasta el detalle de las garras del animal, algo que sorprende ya que parece que el pie del dinosaurio sigue apoyado en las arenas de hace 120 millones de años. 

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