Fundación Atapuerca - 22 Jul, 2015 Balance muy satisfactorio de la campaña de excavaciones 2015 en los yacimientos de la sierra de Atapauerca

La campaña de excavación 2015 en los yacimientos arqueológicos y paleontológicos de la sierra de Atapuerca se ha desarrollado con absoluta normalidad. Se han logrado notables avances en las excavaciones de cada yacimiento, debido a una mayor duración de la campaña de campo con respecto a los años 2013 y 2014. Los resultados más significativos de cada yacimiento han sido los siguientes:

YACIMIENTOS DE LA TRINCHERA DEL FERROCARRIL

SIMA DEL ELEFANTE

Los objetivos planteados al inicio de la campaña de excavación han sido cumplidos de forma satisfactoria. Los objetivos eran principalmente: 1. Excavar la base del nivel TE9c y descubrir en toda la superficie de excavación el nivel TE9d. 2. Realizar un sondeo bioestratigráfico (de unos dos metros cuadrados) en el nivel TE7 del yacimiento con el fin de conocer la potencia del paquete sedimentario así como la naturaleza de los restos fósiles existentes en este nivel.

El primero de los objetivos ha sido alcanzado con éxito. Así, en prácticamente toda la superficie de excavación hemos descubierto el nivel TE9d. Este nivel presenta restos arqueopaloentológicos de diferentes restos animales como gamos o ciervo gigante, que en algunos casos presentan marcas de corte producidas por los homínidos al procesar el animal para ser consumido. Respecto al segundo objetivo planteado, hemos comprobado que el nivel TE7 es rico en registro paleontológico, como se aprecia con los restos de ciervo gigante e hipopótamo, así como con los abundantes restos de micromamíferos. Sin embargo, hasta el momento no hemos recuperado ninguna evidencia de actividad antrópica en este nivel. No obstante, teniendo en cuenta que hemos excavado una extensión muy pequeña del nivel TE7, la ausencia, hasta el momento, de evidencias antrópicas no significa que no hubiese grupos humanos en la sierra de Atapuerca durante la formación de este nivel. 

GALERÍA

La campaña de 2015 en el yacimiento de Galería se ha centrado en la excavación de la Unidad GIIIa en toda la superficie intervenida. Esta unidad, datada en 270.000 años, ha proporcionado abundantes restos de fauna y algunas herramientas líticas (lascas de sílex y percutores de cuarcita, principalmente). Los restos faunísticos recuperados (costillas, vértebras y elementos craneales) pertenecen principalmente a caballos y a ciervos, aunque también han aparecido restos pertenecientes a carnívoros, entre los que destaca un cráneo de lobo, el más completo recuperado en Atapuerca hasta la fecha. 

Siguiendo la dinámica funcional de esta cavidad, todo apunta a un aprovechamiento humano de los animales que caían por la trampa natural situada al Este de la cueva. Transportaban los elementos esqueléticos más ricos en masa muscular, abandonando en Galería los restos pertenecientes a la caja torácica. Estos elementos abandonados eran, posteriormente, aprovechados por los carnívoros, como lo atestiguan las mordeduras halladas en los restos. 

Los trabajos de esta campaña han permitido, además, alcanzar los niveles más ricos detectados durante las excavaciones antiguas. Por lo que las futuras campañas permitirán recuperar un mayor número de restos y, así, profundizar en el modo de vida de los grupos humanos del Pleistoceno Medio en la sierra de Atapuerca.

GRAN DOLINA

    NIVEL TD10

Desde el día 16 de junio, un equipo de 25 personas ha estado excavando en la parte superior del yacimiento de Gran Dolina, en una superficie de 90 m2. Concretamente, se ha trabajado en el tramo medio del nivel TD10.3, de unos 450.000 años de antigüedad.

El paquete de sedimentos de las capas superiores del nivel TD10 se caracterizaba por presentar las mayores concentraciones de restos arqueológicos documentados hasta la actualidad en los yacimientos pleistocenos de la sierra de Atapuerca. Estos restos se acumularon en la entrada a la cueva de Gran Dolina, a lo largo de los períodos en que ésta fue usada por los homínidos como enclave referencial dentro del entorno de la Sierra.

La capa excavada este año contiene una gran colada de bloques calizos, entre los que se ha documentado una menor concentración de restos con evidencias de actividad humana. Han aparecido pocos instrumentos líticos, y los huesos con marcas de procesado por parte de homínidos son escasos. Sin embargo, destaca la alta representación de grandes carnívoros (león, lobo...), tanto en forma de elementos de su esqueleto en sí como de marcas sobre los huesos de sus presas (en este caso, mayoritariamente caballos). Así, TD10 ofrece de nuevo una espléndida oportunidad para establecer los modelos, en este caso sobre la actividad de estos depredadores, y sobre el modo en que compartían el espacio con los homínidos.

Las diferentes modalidades de ocupación documentadas en la secuencia de TD10 (campamento central, matadero de bisontes…), así como los datos obtenidos en otros yacimientos del Pleistoceno medio de Atapuerca, como Galería o la Sima de los Huesos, nos permiten estudiar como en muy pocos lugares del mundo los ecosistemas de hace entre 300.000 y 500.000 años, y, muy especialmente, cómo los grupos de homínidos (preneandertales en este caso) los explotaron y se adaptaron a ellos.

    SECTOR INFERIOR (TD4)

TD4 – Entre hienas y rinocerontes

Hace aproximadamente 1.000.000 de años, los homínidos que habitaron la sierra de Atapuerca asistieron a unos cambios importantes en el medio, protagonizados por la aparición de nuevos animales que pronto se harían dueños de los ecosistemas. Este evento tan interesante recoge la extraña combinación entre unos animales que podrían considerarse arcaicos, tales como los eucladoceros (cérvidos gigantes de grandes astas), los rinocerontes etruscos, los asnos de tipo estenoniano y los osos dolinenses, con los primeros representantes de las formas modernas que hoy nos parecen tan comunes, como los ciervos y las hienas manchadas y rayadas. Gran Dolina, que hasta entonces había permanecido aislada del exterior como una burbuja en la montaña, sufrió en aquel periodo un derrumbe de su techo, convirtiéndose en una torca más de la Sierra y en una trampa de más de 15 metros de profundidad para muchos de estos animales. Así, las excelentes propiedades de conservación de los sedimentos que rellenan su base (nivel TD4) y la espectacularidad de sus fósiles, convierten a este yacimiento en un referente mundial para el estudio de este evento de reemplazamiento faunístico.

La presencia humana en la cavidad se ha puesto de manifiesto a partir del descubrimiento de una pequeña colección de herramientas líticas, principalmente percutores y lascas, que indican sus actividades carroñeras relacionadas con el aprovechamiento de los cadáveres de ungulados caídos en la torca. Sin duda, estas evidencias ayudan a rellenar el vacío de 400.000 años existente entre los homínidos de la Sima del Elefante (de 1,2 millones de años de antigüedad) y Homo antecessor (datado alrededor de los 800.000 años), contribuyendo a establecer una mayor continuidad temporal de las poblaciones humanas del pleistoceno inferior en la sierra de Atapuerca y, por tanto, en toda Europa.

CUEVA DEL MIRADOR

En la cueva de El Mirador se ha finalizado la excavación del sepulcro colectivo calcolítico (alrededor de 4.600 años de antigüedad), que se ha estado interviniendo los últimos años, y donde se han recuperado los restos de un mínimo de 23 individuos, acompañados de un reducido número de objetos: cuencos hemisféricos lisos bruñidos, candiles de ciervo fracturados y valvas de conchas fluviales. Por debajo del depósito sepulcral ha aparecido un nivel de ocupación similar al que se está excavando en el extremo opuesto de la cavidad. Ambos niveles, uno perteneciente al Bronce medio (en torno a los 3.400 años), y otro correspondiente probablemente, a falta de realizar dataciones radiocarbónicas, al Neolítico final (sobre los 5.000 años), corresponden a momentos en que la cueva fue utilizada como cueva redil donde guardar los rebaños. En estos dos niveles se está recuperando gran cantidad de material cerámico y lítico, así como abundantes restos de fauna doméstica (ovicaprinos, bovinos y equinos) y salvaje (ciervo, corzo y jabalí), y restos vegetales, entre ellos restos de gramíneas y leguminosas cultivadas. El estudio de este material contribuirá a mejorar el conocimiento de las primeras comunidades agrícolas y ganaderas que poblaron la sierra de Atapuerca.

YACIMIENTOS DE CUEVA MAYOR

En la campaña de este año se ha intervenido en tres yacimientos enclavados en el interior de la Cueva Mayor de la sierra de Atapuerca: El Portalón, la Galería de las Estatuas y la Sima de los Huesos.

SIMA DE LOS HUESOS

Enclavado en una profunda sima de una de las galerías de la Cueva Mayor, el yacimiento de la Sima de los Huesos, datado en una antigüedad de algo más de 430.000 años, es el mayor del planeta en cuanto a número de fósiles del género Homo se refiere. Desde que comenzaron las excavaciones sistemáticas, en 1984, se han recuperado allí alrededor de 7.000 fósiles humanos correspondientes a todas las regiones del esqueleto, que pertenecieron al menos a 28 individuos de ambos sexos y distintas edades de muerte. 

Las investigaciones realizadas a lo largo de las tres últimas décadas sobre la extraordinaria colección de fósiles humanos de la Sima de los Huesos han esclarecido muchos aspectos que eran muy poco conocidos en la evolución humana. En los dos últimos años, los descubrimientos realizados en los fósiles humanos de la Sima de los Huesos pueden considerarse históricos, destacando la extracción y secuenciación de ADN fósil (el más antiguo, con mucho, recuperado hasta la fecha) y la publicación de diecisiete cráneos reconstruidos a lo largo de treinta años de excavaciones e investigaciones.

La campaña de este año puede calificarse de histórica pues en ella se ha terminado de excavar el área del yacimiento en la que se han venido produciendo los grandes hallazgos desde el descubrimiento, en 1992, del Cráneo 5 (Miguelón) y del Cráneo 4 (Agamenón). Se han descubierto nuevos e importantes fragmentos craneales, algunos de los cuales servirán para completar los cráneos ya conocidos mientras que otros, muy posiblemente, serán el comienzo de un nuevo cráneo hasta la fecha desconocido. También se han concluido trabajos cruciales en el conocimiento de la geología del yacimiento que han permitido corroborar la cronología del mismo. Además, también se ha avanzado decididamente en la localización de la antigua entrada a la cavidad, la misma que utilizaron los humanos de hace 430.000 años para llevar a sus muertos hasta la Sima de los Huesos.

Se cierra, pues, una etapa de más de veinte años de excavación en un sector del yacimiento con inmejorables resultados, que permite abordar la excavación del resto de la Sima de los Huesos, que se extenderá aún por décadas, desde un profundo conocimiento científico del mismo. 

GALERÍA DE LAS ESTATUAS

En la Galería de las Estatuas se ha excavado en dos sectores distintos que corresponden a un momento del Pleistoceno superior en el que la sierra de Atapuerca estaba habitada por neandertales. Se han recuperado tanto restos de industria lítica producida por los neandertales como de fauna cazada por estas poblaciones. De los restos de macrofauna, los más abundantes corresponden a équidos, tanto de caballo como de asno salvaje. También se han recuperado restos de ciervo. Muchos de los restos de macrofauna muestran marcas de corte, lo que indica que fueron consumidos por los neandertales. Además hay evidencias de que los carnívoros también utilizaron la cavidad de manera esporádica. En esa línea cabe destacar la presencia de hiena manchada, carnívoro que fue relativamente abundante durante el Pleistoceno en Europa. Entre la fauna de menor tamaño destacan los hallazgos de marmota, un roedor de gran tamaño de la familia de las ardillas, que hoy en día está asociado a ambientes montanos.

EL PORTALÓN DE CUEVA MAYOR

Desde la campaña del año pasado se está excavando un nivel Neolítico, con una cronología aproximada de 5.800 años de antigüedad (CalBP). Este nivel se caracteriza por la presencia de estructuras habitacionales (suelos preparados, hogares, muretes de piedras, etc.) de gran calidad, en los que se han encontrado materiales líticos y cerámicos típicos de este período y abundante fauna doméstica y salvaje.

Este año se han puesto al descubierto numerosos restos muy completos de caballo y vaca en lo que se denomina un suelo activo sobre el que también aparecen pequeñas hogueras, y entre los restos materiales destacan algunos pequeños punzones realizados en hueso, utilizados probablemente para decorar cerámicas, y algunas cuentas de collar milimétricas realizadas con gran esmero.

ASENTAMIENTO AL AIRE LIBRE. FUENTE MUDARRA

Durante esta campaña se ha trabajado en el Nivel 4B del yacimiento de Fuenta Mudarra. Se trata de un lugar que hace 56.000 años los neandertales que vivían en la sierra visitaban frecuentemente. Las herramientas de sílex y cuarcita recuperadas son sobre todo restos de la fabricación de cuchillos, raederas y denticulados con los que estos grupos de cazadores-recolectores despellejaban y descuartizaban a los animales que cazaban. En este paraje cercano a la margen izquierda del río Pico se abastecían de materia prima, agua, vegetales y animales. Aquí fabricaban herramientas, y las huellas de uso estudiadas en los filos de estos útiles nos demuestran que los utilizaban con piel, carne y hueso. Fuente Mudarra es un yacimiento al aire libre que forma parte del paisaje cultural de los neandertales que habitaron la sierra de Atapuerca durante el Pleistoceno superior.

LABORATORIO DE LAVADO DE SEDIMENTOS DE LA TRINCHERA EN EL RÍO ARLANZÓN

Los trabajos de lavado y triado de los sedimentos de las excavaciones de la Trinchera han permitido, como en campañas anteriores, conocer mejor la microfauna de estos yacimientos. Hay que destacar, como en campañas anteriores, el entusiasmo que anima el trabajo del llamado ‘equipo del río’. Estudiantes y especialistas de todas las edades y procedencias colaboran en el lavado de los sedimentos de los yacimientos de Atapuerca, para recuperar la microfauna fósil. Pero además, como desde hace años, colabora la Fundación Aspanias y un grupo de vecinos de Ibeas de Juarros. En el “laboratorio del Arlanzón” se han desplegado un año más paciencia, pasión y entusiasmo para conocer la vida de los pequeños animales que vivieron en Atapuerca. El equipo de microfauna busca saber cómo vivieron estos animales del pasado, y cómo eran sus paisajes. La extinción y aparición de nuevas especies es una forma muy eficaz de medir el tiempo. Los animales pequeños (mamíferos, anfibios, reptiles, aves, peces) evolucionan muy rápidamente, por lo que son especialmente útiles para saber la edad de las unidades estratigráficas en las que aparecen. Los pequeños animales cuyos restos se encuentran allí están adaptados a ambientes muy concretos, como por ejemplo el castor y los anfibios al agua, los lirones al bosque, los topillos a los prados o los hamsters a las estepas. Por eso ayudan a detectar las variaciones climáticas y ambientales de la Tierra a lo largo de su historia, en este caso en la sierra de Atapuerca en el último millón y medio de años.


DIVERSOS SONDEOS

Por último, hemos iniciado prospecciones mediante georradar (GR) y tomografía de resistividad eléctrica (TRE) en zonas próximas a la Trinchera del Ferrocarril. El objetivo de estas prospecciones ha sido detectar posibles yacimientos, relacionados o no con lugares ya conocidos (Gran Dolina, Covacha de los Zarpazos y Galería). En particular, queremos destacar las labores realizadas en la denominada “Cueva del Fantasma”, que se conoce desde hace tiempo. Este lugar fue protegido por la Junta de Castilla y León a raíz de su expolio a finales de los años 1990. En la presente campaña se ha procedido a la detección de posibles rellenos fosilíferos en este lugar. Se ha limpiado una parte del área donde se ubica la cueva y se han realizado análisis mediante GR y TRE. A continuación, se ha practicado un sondeo mecánico mediante la correspondiente perforación. El acceso a la “Cueva del Fantasma” se ha realizado por una zona desprovista de vegetación, donde se acumulaban los derrubios de una antigua cantera.

Por otro lado, se ha realizado un sondeo mecánico en el lugar señalado por los análisis de GR y TRE para la posición de la cavidad que conecta las cuevas de la Gran Dolina y Covacha de los Zarpazos. 

Los testigos obtenidos en estos sondeos serán analizados para determinar su magnetismo remanente, obtener dataciones y examinar la posible existencia de rellenos fosilíferos. 

Estos trabajos representan el comienzo de un proceso, que continuará en sucesivas campañas y que tiene como finalidad la determinación del potencial arqueopaleontólogico del área que circunda la Trinchera del Ferrocarril en las proximidades de los yacimientos que se excavan en la actualidad.

 

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